MADE IN FRANCE

Desde 2011, LA BRUNE & LA BLONDE crea joyas hechas en Francia, garantizando a nuestros clientes la calidad y la reactividad que les debemos.
Hoy más que nunca, depende de nosotros apoyar a la fabricación francesa para mantener nuestros empleos y nuestros conocimientos valiosos.

Fabricación francesa

Nuestro gran orgullo desde la creación de LA BRUNE & LA BLONDE en 2011 es vender joyas íntegramente fabricadas en Francia, desde su diseño hasta su producción, pasando por nuestros aprestos y nuestros estuches.

Para LA BRUNE & LA BLONDE, esta elección siempre ha sido obvia y está motivada por tres razones:
1. nuestro deseo de comportarnos como un agente “responsable” en nuestro sector de actividad, que opta por la fabricación local con cortocircuitos,
2. dar vida al conocimiento y al talento de los artesanos franceses, reconocidos (como es el caso en muchas profesiones de lujo) en todo el mundo,
3. confiar en la capacidad de innovación y reactividad de los talleres cualificados para estar lo más cerca posible de las expectativas de nuestros clientes en un tiempo limitado.
Desde 2011, nuestro compromiso de producir “MADE IN FRANCE” ha sido inquebrantable. Hoy, más que nunca, depende de nosotros apoyar la fabricación francesa y el empleo en Francia para mantener nuestro conocimiento valioso e histórico.
A dos pasos del showroom, estos artesanos trabajan con talento: trabajar el oro requiere precisión, atención y rigor en todo momento. Este conocimiento se refleja en cada una de nuestras piezas.

¡Pídanos la luna!

Porque los artesanos que dan forma a nuestras joyas tienen dedos de hadas, están felices de poder dar vida a los deseos más extravagantes de nuestros clientes:

– un collar con 32 diamantes tamaño Princesa, simplemente un regalo para los 32 años de una Princesa,

– un anillo Funambulista con 4 diamantes para celebrar la llegada de un segundo nacimiento,

– un solitario de 0,55 quilates para los 55 años de la afortunada ….

La elección de una fabricación francesa nos permite satisfacer estos pedidos especiales en poco tiempo, imposibles en caso de fabricación a distancia.

Autenticidad

Todas las joyas de “LA BRUNE & LA BLONDE” se venden con un certificado de autenticidad.
Este certificado atestigua el título de oro (18kt) y la calidad de nuestros diamantes, esenciales para la interpretación de nuestras creaciones: su color es G y su pureza SI1.
Siendo el concepto de “LA BRUNE & LA BLONDE” el diamante al desnudo, estos dos criterios son fundamentales y garantizan un resultado óptimo a todas nuestras joyas.

Las 4C

El diamante.
Una piedra rara, sublime e hipnotizante.
¿Por qué? ¿Por qué el diamante más que cualquier otra piedra ha sellado tantas declaraciones de amor? ¿Por qué el diamante como símbolo de la vida eterna? ¿de pureza? ¿de potencia? … ¿de perfección? ¿Por qué los diamantes han fascinado tanto desde tiempos inmemoriales?
Porque entre todas las gemas producidas por nuestro planeta, es de lejos la más “mágica”. Una magia que se explica por increíbles propiedades físicas y químicas que la conviertena ella, como también a otras, en la piedra más dura (10/10 en la escala de Mohs) y la que (gracias a la intervención de la mano humana) tiene el mayor resplandor (se habla de resplandor adamantino).

Sin embargo, para juzgar cada diamante “objetivamente”, se ha desarrollado un sistema de clasificación reconocido internacionalmente que permite clasificarlo y determinar su valor monetario. Este sistema se basa en 4 criterios. Se habla de 4C.
C de Cut (tamaño)
C de Carat (peso)
C de Colour (color)
y C de Clarity (pureza)
Muchas “C”s para esta piedra hecha de carbono puro y cuya fórmula, por lo tanto, también se refiere a la misma letra.

El tamaño

Este primer criterio es el único que resulta del trabajo y del conocimiento de los hombres. Es importante porque el brillo de un diamante depende de la calidad del trabajo de corte.
Cortar un diamante es como revelar su brillo, centelleo y fuego. El trabajo del lapidario es, por tanto, el de un encantador de luz.
Perfectamente cortado, el diamante se convierte en espejo, capta la luz y la refleja hasta que vuelva a través de la corona. Por lo tanto, cada faceta debe cortarse con extrema precisión para revelar todo el potencial de brillo de la piedra.
El diamante redondo con 57 facetas o “talla brillante” es el más común. Pero hay más de 350 cortes de diamantes, siendo los más conocidos los cortes Corazón, Princesa, Pera, Marquesa (inventado para la Marquesa de Pompadour, amante de Louis XV que quiso rendir homenaje a la forma perfecta de su boca), Esmeralda, Ovala, Cojín…
Finalmente, una vez cortada la piedra, entran en juego dos factores fundamentales: su pulido y su simetría.

El quilate

El quilate (ct) es la unidad de peso del diamante (que no debe confundirse con el que se utiliza para las aleaciones de oro, el quilate kt).
Un quilate, anotado “1 ct”, equivale a una quinta parte de un gramo, es decir 0,2 gramos.
Si este criterio permite definir parte del valor de la gema, no puede hacerlo por sí solo: ¡hay efectivamente cuatro Cs! Por eso dos piedras del mismo peso no siempre tienen el mismo precio.

El color

El color es esencial para determinar el valor de un diamante.

Es por esta razón que una escala de matices muy sutiles, que va desde “D” (diamante de un blanco helado excepcional – raro en el estado natural) hasta “Z” (diamante de un blanco que se torna amarillo) fue establecido para clasificar diamantes blancos o incoloros. Cuanto más blanco es un diamante, más escaso es.
Si la mayoría de los diamantes son blancos, los diamantes también existen en otros colores (amarillo, rosa, azul, naranja …), siendo el rojo el más escaso.

La pureza

Los diamantes naturales han sido creados por el calor y la presión extremos de las profundidades de la Tierra durante millones (si no miles de millones) de años. Este proceso completamente natural implica que todos los diamantes contienen inclusiones (imperfecciones internas y externas). Los que contienen menos inclusiones, poseen mayor pureza, 4º criterio clasificado en una escala establecida por el GIA que va desde FL (diamante perfectamente maduro sin defecto alguno) hasta I3 (inclusiones visibles a simple vista).

Incluso cuando son invisibles a simple vista, las inclusiones pueden influir en la forma en que la luz viaja a través del diamante. Esta es la razón por la que este criterio es fundamental y se tiene en cuenta en la clasificación del diamante.

-FL: Flawless (“perfectamente puro”)

No hay inclusión o impureza visible incluso con un aumento de 10x.

-IF: Internally Flawless (“pureza interna”)

No hay inclusión: solo unos pocos puntos apenas visibles, observables por un evaluador calificado con un aumento de 10x.

-VVS1 y VVS2: Very Very Small inclusions (“inclusiones muy, muy pequeñas”)

Hay inclusiones, pero siguen siendo difíciles de ver: solo con un aumento de 10x y, en casos muy raros, a simple vista.

-VS1 y VS2: Very Small inclusions (“inclusiones muy pequeñas”)

Las inclusiones son esta vez muy claramente visibles con un aumento de 10x. Sin embargo, siguen siendo en gran parte menores.

-SI1 y SI2: Small inclusions (“pequeñas inclusiones”)

Las inclusiones son visibles con un aumento de 10x.

-I1, I2 e I3: Imperfect (“Imperfecto”)

Las inclusiones son perfectamente visibles ya sea con un aumento de 10x, pero también a simple vista. La piedra es más opaca y obviamente menos brillante.

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